Los alimentos ultraprocesados ocupan la mayor parte de los supermercados donde hacemos la compra. Presentan unos sabores muy potentes, precios competitivos, son fáciles de preparar y perjudican nuestro peso y nuestra salud. Hoy analizamos a fondo los alimentos ultraprocesados.
¿Qué son los productos ultraprocesados?
Los alimentos ultraprocesados son alimentos que se elaboran mediante sustancias derivadas de otros alimentos. No son alimentos frescos o completos. Son largas listas de ingredientes que componen el alimento ultraprocesado.
Estos alimentos son preparaciones industriales que son comestibles y que sufren un procesamiento previo. Por ejemplo, la fritura de los aceites, la refinación y la extrusión de harinas o cereales.
Si analizamos la composición de estos alimentos ultraprocesados, veremos ingredientes refinados como la harina, el azúcar, distintos aceites vegetales, sal, etc. También encontraremos aditivos como conservantes, edulcorantes, colorantes, potenciadores de sabor, etc.
Los supermercados a los que acudimos cada semana a comprar, están prácticamente llenos de estos alimentos ultraprocesados. Algunos ejemplos serían las bebidas azucaradas, la bollería industrial, las carnes procesadas, galletas, postres, etc.
Sin embargo, tenemos que distinguir los alimentos “ultraprocesados” de algunos alimentos “procesados”. Estos últimos, sí son saludables. Algunos ejemplos serían: el aceite de oliva, conservas de pescado, legumbres o verdura, quesos artesanos o pescados u hortalizas congelados.
¿Por qué nos encantan los alimentos ultraprocesados?
Los alimentos ultraprocesados presentan unas caracteristicas organolépticas muy destacadas para provocar nuestro apetito.
Estos alimentos se elaboran en las industrias con la idea de producir un consumo máximo. Por ello, cuentan con las características adecuadas para estimular nuestros sentidos. Tienen un olor rico, son muy apetecibles a la vista, sus texturas están muy cuidadas y sus sabores son super potentes. Cuando los anuncian en la televisión, no será raro que los asocien con una buena salud, crecimiento, energía, etc.
Por si fuera poco, estamos completamente rodeados. Si vas a un supermercado, prácticamente, el 70/80 % de lo que veas, serán alimentos ultraprocesados.
¿Son saludables?
La respuesta es clara: NO.
Si analizamos la composición de cualquier alimentos ultraprocesado, veremos ingredientes como: harinas refinadas, grasas nada saludables, azúcar, aditivos o sal. En muchas ocasiones, podemos encontrar todos estos ingredientes poco saludables en un mismo alimento.
Estos alimentos, suponen un aporte enorme de calorías vacías, lo que es perjudicial para nuestro peso y nuestra salud.
En estos alimentos, suele eliminarse una parte fundamental del alimento en cuestión. Además se añaden distintos aditivos como los conservantes, emulsionantes, disolventes, edulcorantes, potenciadores de sabor o color y un largo etcétera.
Un ejemplo serían las harinas refinadas. A éstas, les quitan el salvado y el germen del cereal, una parte fundamental del alimento para que este sea saludable.
¿Los ultraprocesados son adictivos?
Sí, lo son. Vamos a analizar este tema en cuestión.
Primero tenemos que tener en cuenta el peso que tiene en nuestro día a día la publicidad. Ver en todos lados estos productos nos complica mucho evitar su consumo. Aún más, si contamos con los ritmos de vida actuales. Va todo muy rápido y cocinar cada vez nos da más pereza (y tenemos menos tiempo). Los ultraprocesados son baratos, fáciles de cocinar, están muy ricos y tienen una buena conservación.
Si por si esto fuera poco, aún hay más. También tenemos una lucha con nuestro cerebro y nuestros genes.
Algunos estudios han confirmado la relación entre los genes y los nutrientes. Por ejemplo, la variante en el gen receptor de oxitocina OXTR, está asociada a un consumo más elevado de chocolate. La variante FTO a consumir menos fibra o verduras. La CREB1 en una ingesta mayor de sodio, potasio o magnesio. La variante SLC6A2 está relacionada con una ingesta superior de grasa total y monoinsaturada. La GABRA2 con un consumo superior en sodio. Por último, la variante SLC6A5 con un consumo superior de azúcares añadidos.
Por lo tanto, si entendemos la adicción como una conducta que busca de forma compulsiva placer. Sin tener en cuenta las consecuencias negativas que esto puede significar, podemos decir que sí, que los alimentos pueden ser adictivos.
No obstante, influye la predisposición genética, así como los factores ambientales, que tienen un gran peso en la posible adicción.
Centrándonos en los alimentos ultraprocesados, genera un gran placer tomar alimentos tan sabrosos. Éstos contienen azúcar, grasa y sal. Se produce, por tanto, una secreción de dopamina, serotonina, así como diferentes canabinoides cuando tomamos estos alimentos. Esto recibe el nombre de “respuesta hedónica a la ingesta”.
¿Estos alimentos nos hacen engordar?
Sí. Los ultraprocesados son uno de los principales factores de la obesidad en España.
Las personas adultas, debido a los ritmos de vida y la falta de tiempo, tienden a comer lo primero que pillan. Los ultraprocesados se convierten en lo habitual.
Si hablamos de los jóvenes, la cosa no cambia. Cuando las personas se independizan y comienzan a vivir solos, tienen a tirar de comidas fáciles y rápidas.
Esto, sumado a la estimulación del apetito que estos alimentos producen, se convierte en un circulo vicioso. Nos hace aumentar nuestro peso y perjudicar nuestra salud.
La única opción es tomar conciencia de este problema y tener una alimentación saludable. Basar nuestra alimentación en verduras, legumbres, frutos secos, cereales integrales, frutas, carne o pescado serían lo ideal.
Si somos personas con poco tiempo, podemos crear estrategias como el “Batch cooking” que nos ayuda a organizar nuestras comidas de la semana en pocas horas. Además, es muy útil para comer adecuadamente y ahorrar algo de dinero.
Debemos evitar tomar alimentos como los refrescos, la bollería industrial y demás alimentos ultraprocesados. Éstos nos aportan calorías vacías, aumentan nuestro apetito y perjudican nuestro peso y salud.
Lo ideal es incorporar alimentos saludables que nos aporten nutrientes, que ayuden al correcto funcionamiento de nuestro organismo, controlen nuestro apetito y mejoren nuestra salud.
¿Cómo perjudican los alimentos ultraprocesados a nuestro organismo?
Los alimentos ultraprocesados, contienen unas cantidades de azúcar desorbitadas. Cuando el consumo se produce durante un tiempo prolongado, nuestro páncreas sufre. Se produce una alteración metabólica, la insulina se dispara y se produce diabetes tipo 2. Nuestro cuerpo tiene un exceso de grasa en el hígado. Esto nos causa colesterol elevado, ya que por el azúcar accede el colesterol. También puede producir problemas cardiovasculares.
Por si fuera poco, la gran cantidad de energía que tomamos, no la necesitamos y la convertimos grasa para acumularla. Esto acaba produciendo obesidad.
Por tanto, podemos decir que el consumo habitual de alimentos ultraprocesados es perjudicial. Se relaciona directamente con la obesidad, la hipertensión, la diabetes tipo 2 o el colesterol, entre otros.
Aunque pueda parecer una exageración, lo cierto es que el tema es serio. No olvidemos que en España, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte.
Por lo tanto, lo interesante es consumir alimentos frescos y sin etiqueta ni lista de ingredientes. Tomar verduras, frutas, carne, pescado, legumbres, frutos secos, cereales integrales o huevos, será la mejor opción.
Cuando compremos un alimento con etiqueta, una opción es comprobar que no contenga más de 3 ingredientes. Aunque no se da en todos los casos, puede ser un truco para evitar la mayoría de los alimentos perjudiciales.
Ejemplos de alimentos ultraprocesados que debes evitar
Vamos a ver algunos ejemplos de alimentos ultraprocesados que pueden perjudicar tu salud. Como verás, están presentes en nuestro día a día.
- Bebidas carbonatadas
- Snacks
- Helado
- Bollería industrial
- Margarinas
- Galletas, pasteles y otros dulces
- Barritas de cereales
- Bebidas saborizadas (sabor fruta, por ejemplo)
- Bebidas de chocolate
- Compuestos de carnes rojas y pollo, salchichas, hamburguesas, etc.
- Salsas
- Productos “light” o “para perder peso”, como sustitutos de comida y platos en polvo
- Tartas, pastas y pizzas precocinadas
- “Nuggets” y “sticks” de pollo y pescado
- Sopas, fideos y postres en polvo y envasados